Las hernias epigástricas se clasifican principalmente según su contenido, número, y complejidad. Aunque no existe una clasificación oficial universalmente estandarizada como en otros tipos de hernias, se pueden describir de la siguiente manera:

Hernia Epigástrica
¿Qué es una Hernia Epigástrica?
Una hernia epigástrica es una abertura o debilitamiento en la línea media superior del abdomen (entre el esternón y el ombligo) a través de la cual puede sobresalir grasa abdominal, o en casos más graves, una porción del intestino.
Las causas están relacionadas principalmente con un aumento de presión dentro del abdomen y/o un déficit en la fuerza de la pared abdominal.

Tipos de hernia epigástrica
Hernia epigástrica simple
Una hernia epigástrica simple es un tipo de hernia localizada en la parte superior del abdomen, entre el esternón y el ombligo, donde una pequeña porción de tejido graso (no intestinal) se desliza a través de un orificio o debilitamiento en la línea alba (la línea media del abdomen).
Hernia epigástrica con saco peritoneal
Una hernia epigástrica con saco peritoneal es una forma más avanzada de hernia epigástrica en la cual, además del tejido graso, hay una protrusión del peritoneo (la membrana que recubre internamente la cavidad abdominal) y puede contener parte del intestino u otros órganos.
Hernias epigástricas múltiples
Las hernias epigástricas múltiples son varias protrusiones localizadas a lo largo de la línea media superior del abdomen, entre el esternón y el ombligo. Se originan en múltiples defectos pequeños de la línea alba, lo que permite que se deslicen hacia afuera tejidos grasos (y en algunos casos, contenido intestinal).
Hernia epigástrica encarcelada
Una hernia epigástrica encarcelada ocurre cuando el contenido herniado —ya sea grasa, epiplón o parte del intestino— queda atrapado en el saco herniario y no puede regresar a su posición normal dentro del abdomen.
Hernia epigástrica estrangulada: urgencia médica
Una hernia epigástrica estrangulada es una complicación grave en la que el contenido herniado —grasa o parte del intestino— queda atrapado de forma tan apretada que se interrumpe su flujo sanguíneo, provocando isquemia y potencial necrosis (muerte del tejido).
El diagnóstico y clasificación precisa se realiza mediante evaluación clínica y, en algunos casos, estudios de imagen como ecografía o tomografía.

Signos o señales que podrían indicar una hernia epigástrica
Una hernia epigástrica puede ser pequeña y pasar desapercibida, pero también puede presentar síntomas, especialmente si crece o se complica. Aquí te comparto los signos más frecuentes a los que debes prestar atención:
Bulto visible o palpable
En la parte superior del abdomen, entre el esternón y el ombligo, que puede aumentar al toser, reír o hacer esfuerzo.
Dolor o molestia abdominal
Sensación de tirantez, presión o dolor leve a moderado, sobre todo al estar de pie o durante actividades físicas.
Sensación de ardor o malestar
Puede confundirse con acidez, pero localizada en la línea media superior del abdomen.
Molestias al flexionar el abdomen
Al agacharse o levantar peso.
Síntomas digestivos ocasionales
Como náuseas o sensación de plenitud si hay compromiso del contenido abdominal.
Dolor súbito e intenso (signo de alarma)
Podría indicar una hernia encarcelada o estrangulada, y requiere atención médica inmediata.
Factores predisponentes de la hernia epigástrica
La hernia epigástrica se forma cuando una porción de grasa o, en algunos casos, una parte del intestino atraviesa un punto débil en la línea alba (la franja de tejido que recorre el centro del abdomen). A continuación, te presento los factores que pueden favorecer su aparición:
Factores anatómicos y genéticos en la hernia epigástrica
Estos factores se relacionan con características propias del cuerpo y la herencia que pueden favorecer la aparición de la hernia epigástrica:
Debilidad congénita de la línea alba
- Algunas personas nacen con áreas más delgadas o menos resistentes en la línea alba (el tejido fibroso que une los músculos abdominales centrales), lo que facilita la protrusión de tejido abdominal.
Trastornos del tejido conectivo
- Enfermedades hereditarias que afectan la producción o calidad del colágeno, como:
- Síndrome de Ehlers-Danlos
- Síndrome de Marfan
- Estos trastornos generan tejidos más frágiles y propensos a desarrollar hernias.
Predisposición familiar
- La historia familiar de hernias puede aumentar la probabilidad de presentarlas, por herencia genética o factores compartidos.
Factores mecánicos en la hernia epigástrica
Los factores mecánicos son aquellos relacionados con la presión y el esfuerzo que se ejerce sobre la pared abdominal, favoreciendo la aparición de hernias epigástricas:
Levantamiento repetido de peso
- Cargar objetos pesados de manera frecuente aumenta la presión dentro del abdomen, debilitando la línea alba.
Esfuerzos abdominales excesivos
- Episodios frecuentes de tos persistente, estreñimiento crónico o vómitos generan presión constante que puede abrir puntos débiles.
Obesidad
- El exceso de peso corporal incrementa la presión intraabdominal, sobrecargando las zonas vulnerables.
Traumatismos o cirugías abdominales previas
- Cicatrices o áreas debilitadas por intervenciones quirúrgicas facilitan la formación de hernias.
Cambios fisiológicos que predisponen a la hernia epigástrica
Estos factores se relacionan con características propias del cuerpo y la herencia que pueden favorecer la aparición de la hernia epigástrica:
Debilidad congénita de la línea alba
- Algunas personas nacen con áreas más delgadas o menos resistentes en la línea alba (el tejido fibroso que une los músculos abdominales centrales), lo que facilita la protrusión de tejido abdominal.
Trastornos del tejido conectivo
- Enfermedades hereditarias que afectan la producción o calidad del colágeno, como:
- Síndrome de Ehlers-Danlos
- Síndrome de Marfan
- Estos trastornos generan tejidos más frágiles y propensos a desarrollar hernias.
Predisposición familiar
- La historia familiar de hernias puede aumentar la probabilidad de presentarlas, por herencia genética o factores compartidos.
Cirugías abdominales previas
Las intervenciones quirúrgicas pueden dejar zonas de debilidad o alterar la anatomía natural.
Tratamiento de la hernia epigástrica
El manejo de una hernia epigástrica depende del tamaño, síntomas y riesgos asociados. Aquí te resumo las opciones principales:
Tratamiento conservador
El tratamiento conservador está indicado principalmente para hernias pequeñas, asintomáticas o cuando el paciente no es candidato inmediato a cirugía.
Medidas principales:
- Evitar esfuerzos físicos intensos
- Control del peso corporal
- Manejo de factores que aumentan la presión intraabdominal
- Uso temporal de fajas o bandas abdominales
- Revisión médica periódica
El tratamiento conservador no corrige el defecto de la pared abdominal, por lo que la hernia puede aumentar de tamaño o presentar complicaciones si no se realiza la reparación quirúrgica en el momento adecuado.
Tratamiento quirúrgico de la hernia epigástrica
La cirugía es el único tratamiento definitivo para corregir una hernia epigástrica. Está indicada cuando la hernia produce molestias, aumenta de tamaño, se complica o afecta la calidad de vida del paciente.
Tipos de cirugía
Cirugía abierta
- Se realiza una incisión sobre la hernia.
- Se reduce el contenido herniado.
- Se repara el defecto con sutura y, en la mayoría de casos, malla quirúrgica.
- Puede hacerse bajo anestesia local, regional o general, según el caso.
Cirugía laparoscópica (mínimamente invasiva)
- Se hacen pequeñas incisiones.
- Se introduce una cámara y herramientas quirúrgicas.
- Se coloca una malla desde el interior de la pared abdominal.
- Menor dolor postoperatorio, menor riesgo de infección, recuperación más rápida.
El tipo de cirugía dependerá del tamaño de la hernia, estado general del paciente y experiencia del equipo médico. Ambas técnicas son seguras y efectivas si se realizan por profesionales especializados.
¿Qué pasa si no se trata una hernia epigástrica?
Si una hernia epigástrica no recibe tratamiento adecuado, pueden surgir complicaciones con el tiempo. Estas son algunas de las consecuencias más frecuentes:
Crecimiento progresivo del defecto
La hernia suele aumentar de tamaño con el tiempo, haciendo que el tratamiento sea más complejo.
Dolor e incomodidad persistente
Puede generar molestias constantes, sobre todo al realizar esfuerzos, toser o permanecer de pie por mucho tiempo.
Encarcelamiento
El tejido (grasa o parte del intestino) queda atrapado dentro de la hernia y no puede regresar al abdomen. Esto puede causar obstrucción intestinal o dolor agudo.
Estrangulación (emergencia médica)
Se interrumpe el flujo sanguíneo al tejido atrapado. Si no se trata con urgencia, puede causar necrosis (muerte del tejido) e infección grave.
Consejo
Si notas una protuberancia o molestia entre el ombligo y el pecho, especialmente al hacer esfuerzo o toser, no lo ignores. Consulta a nuestros especialistas para una evaluación temprana. Detectar y tratar una hernia epigástrica a tiempo puede evitar complicaciones futuras.
Preguntas frecuentes sobre la cirugía de hernia epigástrica
¿Cuándo es necesaria la cirugía para una hernia epigástrica?
Cuando la hernia causa dolor, molestias al realizar esfuerzo, aumenta de tamaño o existe riesgo de complicación como encarcelamiento o estrangulación.
¿La cirugía es la única solución definitiva?
Sí. El tratamiento conservador solo alivia síntomas, pero no repara el defecto en la pared abdominal.
¿Qué tipo de anestesia se utiliza?
Puede ser anestesia general, regional o local, dependiendo del tamaño de la hernia y la técnica quirúrgica elegida.
¿Qué técnica se usa para la reparación?
- Cirugía abierta: se hace una incisión directa sobre la hernia.
- Cirugía laparoscópica: mínimamente invasiva, con pequeñas incisiones y cámara.
¿Se utiliza malla en todos los casos?
En la mayoría sí, especialmente si el defecto es mayor a 2 cm, ya que reduce el riesgo de recidiva (que la hernia reaparezca).
¿Cuánto dura la cirugía?
Generalmente entre 30 y 60 minutos, aunque puede variar según la complejidad del caso.
¿Cuánto tiempo de recuperación se necesita?
La recuperación inicial suele ser de 1 a 2 semanas. Se recomienda evitar esfuerzos durante al menos 4 a 6 semanas.
¿Quedan cicatrices?
Sí, pero pueden ser mínimas, especialmente en cirugía laparoscópica. En la técnica abierta, la cicatriz es pequeña y sobre la línea media.
¿Qué riesgos tiene la cirugía?
Como toda intervención quirúrgica, puede haber riesgos como infección, sangrado, dolor postoperatorio o recurrencia de la hernia, pero son poco frecuentes si se realiza por especialistas.
¿La hernia puede volver a salir?
Sí, aunque el riesgo es bajo si se usa malla y se siguen las indicaciones postoperatorias.
¿Tienes síntomas o sospechas de tener una hernia?
Detectar una hernia a tiempo permite un tratamiento más sencillo y una recuperación mucho más rápida
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